En la actualidad existen unos dos millones de tipos diferentes de
seres vivos.
Además cada año se descubren miles de especies nuevas que es
preciso identificar y clasificar. Dada esta enorme diversidad, para estudiarlos
es necesario reunirlos en grupos según sus semejanzas y orígenes.
La clasificación de
los seres vivos es posible gracias a que algunos se parecen entre sí más que
otros. De este modo, los organismos se pueden agrupar atendiendo a sus afinidades morfólicas (parecido físico) y de parentesco.
La evolución hace
que aparezcan nuevos grupos de individuos a partir de un grupo antecesor. Esos
nuevos individuos serán semejantes a los del grupo del que proceden. Las
características comunes que posean permitirán clasificarlos en relación con los
individuos de los cuales descienden. Por ejemplo: los seres humanos, los chimpancés,
los gorilas y los orangutanes estamos emparentados evolutivamente, porque todos
somos primates. Sin embargo, pertenecemos a familias, géneros y especies
distintas ya que hemos evolucionado de forma diferente.
Los grupos que se establecen para clasificar a los seres vivos se
denominan taxones, de los
cuales la categoría fundamental es la especie. Los individuos que pertenecen a una misma especie pueden
reproducirse entre sí. Además, su descendencia es fértil, es decir, puede
engendrar una nueva generación.
Carl von Linneo, en el siglo XVIII, estableció una forma universal para designar a las especies mediante un nombre científico. El sistema se conoce como nomenclatura binomial, ya que utiliza dos nombres. El primero corresponde al género y su primera letra es mayúscula. El segundo nombre se escribe con minúscula. El conjunto de ambos nombres designa a la especie. Por ejemplo: el nombre científico del lobo es Canis lupus. Se escribe en cursiva y la primera letra del género es mayúscula.
Atendiendo a los criterios explicados, los seres vivos se clasifican en cinco grandes reinos:
1. Reino Moneras. Organismos
procariotas (células sin núcleo). Bacterias y cianobacterias.
2. Reino Protista. Seres vivos
unicelulares eucariotas (células con núcleo). Protozoos y algas.
3. Reino Hongos. Eucariotas.
Unicelulares y pluricelulares. Mohos, levaduras y setas.
4. Reino Plantas. Pluricelulares
eucariotas y capaces de realizar la fotosíntesis. Sus células también se
organizan en tejidos y órganos, como las de los animales. Así que la única
diferencia entre un reino y otro es la capacidad fotosintética de las plantas.
Se clasifican en:
Plantas
sin flores ni semillas, con esporas (criptógamas): musgos, hepáticas y helechos.
Plantas
con flores y semillas (fanerógamas):
Gimnospermas
(sin fruto).
Angiospermas
(con fruto).
5. Reino Animal. Eucariotas
pluricelulares con células organizadas en tejidos y órganos. Se dividen en:
Invertebrados: poríferos,
celentéreos, gusanos, moluscos, equinodermos y artrópodos.
Vertebrados: peces, anfibios,
reptiles, aves y mamíferos.
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